miércoles, 10 de noviembre de 2010

La Trampa

Fernando Elias Boullosa

Ella le ve a varios metros, él carga el arma y arranca tras de ella, una, dos, tres personas que empujar para llegar hasta ese lugar, ella no se mueve. Por fin frente a frente él descarga algunas municiones que al parecer hicieron un gran efecto, ella se tambalea en tres o cuatro oraciones mal conjugadas, invitándole a jugar en la intimidad.
Una horda de detalles se interpone en el camino a la tierra prometida, al final las vicisitudes les llevan al fuerte que les separa de todas las leyes, la zona de tolerancia, en donde el día se tiñe, donde la gravedad no pesa y él decide aun así arriesgarse y transformarse en boa, ella salta ligera, nube con orejas, la boa le persigue hasta atrapar esa textura de algodón, le enrolla con su musculatura, la aturde y adormece, se la traga lenta y suavemente. No hay resistencia alguna por parte de la victima, quien pareciera disfrutar de la saliva destilada y los músculos triturándole poco a poco los huesos, arrastrándola al remanente vacío del reptil escurridizo, empieza a acomodarse en el estomago bañándose en sus jugos gástricos, paseando y memorizando sus paredes interiores. Al paso de unas horas él decide abandonar el fuerte, ha conseguido su cometido y sale cual victorioso depredador.
Un golpe en el chacra del “yo siento” lo tumba en un abrir y cerrar de ojos, aquel idiota ignoró que se encontraba en realidad alternativa y que aquella presa en realidad era Artemisa, que lejos de devorársela se la había embutido en sus adentros, donde ella lánguida y tiernamente le empezaba a destazar. El imbécil de magnitudes inverosímiles pisó el cepo desde que cargó el arma para ir tras de aquella exótica especie y ni cuenta se había dado. Ahora sólo quedaba que tuvieran piedad con él a la hora de rendir cuentas.

Lo Representativo de la Humanidad

...por Mario Alberto Gonález

"No hace mucho tiempo, la tierra
estaba poblada por dosmil millones de habitantes,
 es decir, quinientos millones de hombres
y mil quinientos millones de indigenas.
Los primeros disponían del Vervo,
los otros lo pedian prestado."
Jean Paul Sartre


¿En donde se fundamenta nuestra condición de humanos?, ¿cuál es la normatividad que nos excluye de ser esclavos? Estas preguntas representaban uno de los problemas teóricos de primer orden, un debate que en nuestro contexto parecería ya estar resuelto, pero a mi parecer este tipo de cuestionamientos más que resueltos se encuentran obsoletos. En la actualidad el dinamismo social canaliza casi toda la atención en cuestiones políticas, económicas y vánales, más que en sociales y culturales. No hay lugar para cuestionar  en donde radica nuestra humanidad y como se fundamenta  la concepción actual de libertad. Problematizar estos presupuestos se convierten en una ardua labor. De inicio, es difícil encontrar una definición correcta de libertad pues al tratar de brindarle un significando negamos su esencia, y por ende solo podemos referirnos a la libertad en relación a x o y inferencia. En lo que respecta a nuestra humanidad, ha quedado reducida a una vaga clasificación a veces demasiado subjetiva, en donde radica más una discriminación que un sentido de pluralidad. Pero esto es en la época actual, una época de corte posmoderno en donde a raíz de la muerte del sujeto se creó una disyuntiva en el eterno progreso (o al menos en el sentido poético y arquetípico de la modernidad).  Las ideas que nos ofrecían la respuesta a estos  problemas de orden teórico son encontrados en presupuestos modernos que se fundamentaban en la existencia del sujeto,  puesto que los conceptos que nos brindan humanidad y el derecho de no ser esclavizados en la modernidad, creo yo,  son basados en  dos postulados principales: “El logos y la razón”.
Más allá de solo fundamentar la humanidad y la libertad, el logos y la razón son, en combinación, la esencia de lo real que fundamenta nuestro mundo. Lo real o la convención de lo que es real se fundamenta en el cruce de lo sensorial con lo cognoscitivo, lo cual es fundamentado por la razón y el lenguaje, para ser mas especificó, a mi parecer, es en esta yuxtaposición de lo tangible con lo inteligible donde radica la totalidad de lo humano, donde se gesta la continúa reinterpretación de nuestro mundo.
El logos, verbo o palabra, era lo que fundamenta la noción de humanos. Todo aquel que poseía este logos tenía derecho a ser considerado como igual.  Desde la época correspondiente a la Grecia clásica, cualquier ente que no dominara el lenguaje griego era considerado un bárbaro. La posesión de la palabra era la vasta diferencia entre ser o no ser humano, pero a prender el logos dominante sólo te convertía en humano. No brindaba el derecho a la libertad, no hacía al hombre libre (aunque el esclavo lograra balbucear el verbo) dado que el concepto de esclavitud se fundamentaba principalmente en las palabras dichas por Aristóteles :   “El esclavo solo es una herramienta que habla.”
Bajo esta justificación en los grandes imperios, como el romano la esclavitud no podía ser cuestionada, por lo cual ya no solo bastaba poseer el logos. También se necesitaba ser racional, de este modo el individuo podía ser consciente de su libertad, y con ésta, poder considerarse humano, lo cual era fundamentado bajo el concepto de que incluso algunos animales tenían la habilidad de imitar el uso de la palabra pero no la razonaban, por ende el logos  y la razón son las nociones principales que podían  dotar de humanidad y libertad.
Desde los inicios del siglo V hasta el siglo XV, (para ser más preciso, la época conocida como el oscurantismo o la edad media) es en donde la iglesia se fundamenta y se dogmatiza  como el eje domínate y unificador de toda Europa, donde el concepto de esclavitud y humanidad se emancipan, en donde  la iglesia primigenia  postulaba que todos somos iguales. Nuestra humanidad es brindada por nuestra alma, aquel soplo divino que nos da comunidad, que se expresa en obras como La Ciudad de Dios escrita por san Agustín, o en Florecillas  elaborada por san Francisco de Asís, en donde se permea las ideas de humanidad e igualdad, con lo cual la noción de esclavitud  no tendría por qué ser útil, mas sin embargo los esclavos eran el motor principal de los medios de producción y de subsistencia para el régimen vigente y dominante de Europa. Por ende la esclavitud no es finiquitada y su justificación se encuentra en las mismas obras que nos brindaban libertad, en la ciudad de dios pese a que sus presupuestos otorgan igualdad a todos del mismo modo, pues denota las posturas pertinentes para la esclavitud:
“Hijos de esta misma ciudad son los enemigos contra quienes hemos de defender la Ciudad de Dios, no obstante que muchos, abjurando sus errores, vienen a ser buenos ciudadanos; pero la mayor parte la manifiestan un odio inexorable y eficaz, mostrándose tan ingratos y desconocidos a los evidentes beneficios del Redentor.”(San Agustín, La ciudad de Dios, pág.28, editorial Porrúa.)
Todo aquel que negara o contradijera los dogmas de la iglesia (pese a que conociera o supiera los preceptos cristianos) era, en  este caso, enemigo de la ciudad de dios, por  ello podía y tendría que ser esclavizado, lo cual en realidad ya no radicaba en una empresa de corte teórico. Más bien era un rebuscamiento para poder justificar  la esclavitud y consolidación territorial de los grandes imperios, donde la iglesia regulaba el poder a partir de las reformas luteranas y creación de los reinos protestantes. El poder de la iglesia iba en decremento, se cuestionaba la valides de las bulas papales que le habían otorgado la concesión de los territorios americanos a solo dos potencias: España y Portugal. Es a partir de estas rupturas, aunadas a la proliferación de las ideas renacentistas, como la creación del estado nación y las nociones de la manera en la que se tenía que desempeñar el poder terrenal esbozadas por Nicolás Maquiavelo en El príncipe, que a la postre fundamentarían la política, se generó un déficit en el poder del clero. A partir de éste se da una movilización de las órdenes religiosas que  emprende una tarea evangelizadora en el nuevo territorio, con el propósito de recuperar las almas que se perdieron en Europa, y de esta forma recuperar el control. En este sentido es necesario hacer hincapié en una orden religiosa que fue creada por Ignacio de Loyola, conocida como la compañía de Jesús, que significó el contrapeso específico de la iglesia en su lucha por mantener el poder ante los imperios protestantes, e incluso contra los reinos a los cuales ésta brindo su apoyo. Posterior a casi  300 años sometidos bajo el yugo de  las potencias europeas, los países latinoamericanos  inundados de las ideas ilustradas de los jacobinos franceses, sumado al decreto de los derechos humanos producto directo de la revolución francesa, consiguieron su  libertad, pese a que muchas naciones surgieran endebles en su estructura de gobierno. Compartían con los países europeos un carácter moderno. Es aquí a mi parecer cuando se consolida la modernidad y en donde las nociones de “razón y logos”  formalizan  nuestros parámetros de humanidad y libertad, donde el progreso y la historia son el metarrelato a seguir. 
"La colonización realizó una yuxtaposición mecánica y despersonalizante de elementos culturales de varios orígenes incumbe en adelante a los pueblos que recobran su independencia transcender esta yuxtaposición para concluir en una totalidad histórica concreta, en la que estos elementos no sean ni escotomizados ni convertidos en ídolos superados e integrados dialéctica-mente, en el sentido de la Aufhebung hegeliana.” (Zea, Leopoldo, La crisis del sentido occidental de la historia, 1986, Revista Tesis, 189 pág., pagina 87.)
Éste tipo de coyunturas se esboza las variables que formalizan nuestras concepciones de humanidad y libertad, estos problemas teóricos son insolubles de forma tajante. Se deben enmarcar las diferencias pertinentes de cada época en lo respectivo a estos paradigmas. Con este sentido trato de remarcar lo representativo de nuestro mundo, las concepciones de una misma cosa o palabra varían en demasía de una época a otra. No hace mucho tiempo lo virtual era algo imaginativo, algo irreal, pero en la actualidad lo virtual es algo factico e incluso más real que lo sensorial para un sector de la población. La concepción de nuestro mundo difiere más al de épocas anteriores por lo metafísico de nuestro lenguaje, que por nuestro avance tecnológico.


Acayucan, cuna revolucionaria

...por Félix Blanco
La historiografía sobre la Revolución Mexicana en el estado de Veracruz se puede considerar como una información amplia y variada en su diversidad regional.  Acayucan no escapa a la coyuntura del movimiento revolucionario y es así que, a partir de 1906 al llamado del Partido Liberal Mexicano, la región del sureste de Veracruz tendrá una participación amplia para fortalecer el movimiento. El testimonio escrito por Cándido Donato Padua[1] nos permite ver la apreciación sobre la articulación revolucionaria en esa región. Al estado de Veracruz se le había etiquetado como un conglomerado de regiones donde ninguna agitación revolucionaria se había dado. Sin embargo la historiografía reciente ha arrojado nuevos datos de que Veracruz no participó de una manera amplia como los estados del norte del país, pero tiene una participación circunstancial.
              Es por ello que “La historia regional de la revolución ha enriquecido como ninguna otra las posibilidades de explicación de la complejidad nacional y ha puesto de manifiesto que la historia de la revolución no debe agotarse en sus límites cronológicos, cualquiera que estos sean, y debe extenderse en largas duraciones que la abarquen en antes y después. Y también, desde luego, ha enseñado que no se puede hablar de la misma revolución en un país tan diverso.”[2]
              ¿Cómo es posible explicar y entender la Revolución Mexicana? Para poder entender la Revolución Mexicana en su inmensidad nacional es preciso analizar la memoria regional, de esta manera al observar el proceso de la Revolución en una densidad menor nos enseña que se habla de un movimiento diverso. La historia regional la podemos considerar como catalizador adherente al macro- movimiento.  Mientras que el norte del país y el centro evolucionaban, las regiones del sur del país pareciera que estaban sumergidas a hacer historia de larga duración. Sin embargo la región de Acayucan Veracruz rompe con el esquema de ser la ciudad olvidada y busca hacer una historia aunque fuera de manera superficial. 

              Aun que la participación de Acayucan, Veracruz en el movimiento armado se anticipo a 1910, es considerada como Cuna de la Revolución Mexicana, así lo maneja el antropólogo Alfredo Delgado Calderón en su libro titulado Acayucan Cuna de la Revolución. La rebelión de Acayucan de 1906 se plasmó en la memoria regional, y junto con Cananea y Rio Blanco se le considera Precursoras de la Revolución. El seudónimo de Cuna de la revolución la toma de un documento de 1912 donde el delegado Ernesto Aguirre del partido reformista comenta al Presidente Francisco I Madero las arbitrariedades del jefe político afirmando: “Nadie tiene garantías en esta desdichada tierra que fue la cuna del inmortal movimiento revolucionario”.
              Cuna o precursora de la Revolución, la región de Acayucan, de su proceso histórico, se observa y se obtiene la impresión de que dicha revolución no caminó por el sendero de esa región. Después de su triunfo y consolidación, en su efecto de trasformación Acayucan siguió esperando…
               Aunque mucho se ha escrito de esta gesta de 1906, poco se ha sabio de los grupos porfiristas, militares y civiles que participaron. Poco se sabe también de los rebeldes que participaron en el movimiento precursor, pues uno de los motivos que contribuyen a la realización de esta investigación es buscar la participación de ambos bandos. Cotejando la información de memorias de los precursores con otros documentos que nos ayuden a poder comprender el movimiento revolucionario de Acayucan.
              La lucha armada de Acayucan comenzó desde el 28 de septiembre, cuando fueron tomadas las comunidades de Soteapan y Mecayapan, regiones situadas en la sierra. El sábado 29 de septiembre de 1906 los colonos de Corral Nuevo tomaron la hacienda, cortando los alambres del telégrafo para impedir que las autoridades se enteraran.[3]
              El sábado 29 de septiembre llegaron noticias al cantón de Acayucan que se rumoraba que los serranos se habían levantado y que probablemente llegarían a tomar el pueblo.[4] El 30 de Septiembre de 1906 Hilario C. Salas atacó la plaza de Acayucan a las 11p.m.[5] el ataque al cantón de Acayucan no fue lo esperado, tuvieron que hacer retirada los rebeldes al ver a su feje Hilario C. Salas herido por una bala enemiga.
              A pesar que las inquietudes revolucionarias fueron sembradas y difundidas en la región de Acayucan a través del elemento periodístico que aglutinó en sus filas, no sólo a elementos mestizos sino a gran escala. Al ser descubierta los planes de la junta en la frontera norte, hicieron que el movimiento que estaba contemplado para los primeros meses de 1907 se adelantaran, provocaron que los miembros de los clubes liberales se levantaran en armas en una lucha espontanea. Aunque los rebeldes de la región de Acayucan correspondieron al llamado de la proclama Liberal, no tenían una organización, esta serie de errores diluyeron los planes de la organización tanto los rebelde como  los comprometidos, provocando que el movimiento llegara a un fracaso casi total.



[1] Cándido Donato Padua.  Movimiento Revolucionario de 1906.  México, Edición del Autor, 1941.
[2] Matute, Álvaro, “Los actores sociales de la Revolución Mexicana en 20 años de historiografía (1969-1989), en  Revista de la Universidad, Núm. 466, Noviembre de 1989, P. 15.
[3]  Ángel J. Hermida Ruiz. Acayucan y Rio Blanco. Gesta precursora de la revolución, P.17, Biblioteca del maestro Veracruzanos Núm. 7, Gobierno del Estado de Veracruz, Xalapa, 1964.
[4] García Díaz Bernardo. La Revolución Mexicana en Veracruz. México 2009. Página 106
[5] Cándido Donato Padua.  Movimiento Revolucionario de 1906.  México, Edición del Autor, 1941. Página 23.