...por Félix Blanco
La historiografía sobre la Revolución Mexicana en el estado de Veracruz se puede considerar como una información amplia y variada en su diversidad regional. Acayucan no escapa a la coyuntura del movimiento revolucionario y es así que, a partir de 1906 al llamado del Partido Liberal Mexicano, la región del sureste de Veracruz tendrá una participación amplia para fortalecer el movimiento. El testimonio escrito por Cándido Donato Padua[1] nos permite ver la apreciación sobre la articulación revolucionaria en esa región. Al estado de Veracruz se le había etiquetado como un conglomerado de regiones donde ninguna agitación revolucionaria se había dado. Sin embargo la historiografía reciente ha arrojado nuevos datos de que Veracruz no participó de una manera amplia como los estados del norte del país, pero tiene una participación circunstancial.
Es por ello que “La historia regional de la revolución ha enriquecido como ninguna otra las posibilidades de explicación de la complejidad nacional y ha puesto de manifiesto que la historia de la revolución no debe agotarse en sus límites cronológicos, cualquiera que estos sean, y debe extenderse en largas duraciones que la abarquen en antes y después. Y también, desde luego, ha enseñado que no se puede hablar de la misma revolución en un país tan diverso.”[2]
¿Cómo es posible explicar y entender la Revolución Mexicana? Para poder entender la Revolución Mexicana en su inmensidad nacional es preciso analizar la memoria regional, de esta manera al observar el proceso de la Revolución en una densidad menor nos enseña que se habla de un movimiento diverso. La historia regional la podemos considerar como catalizador adherente al macro- movimiento. Mientras que el norte del país y el centro evolucionaban, las regiones del sur del país pareciera que estaban sumergidas a hacer historia de larga duración. Sin embargo la región de Acayucan Veracruz rompe con el esquema de ser la ciudad olvidada y busca hacer una historia aunque fuera de manera superficial.
Aun que la participación de Acayucan, Veracruz en el movimiento armado se anticipo a 1910, es considerada como Cuna de la Revolución Mexicana, así lo maneja el antropólogo Alfredo Delgado Calderón en su libro titulado Acayucan Cuna de la Revolución. La rebelión de Acayucan de 1906 se plasmó en la memoria regional, y junto con Cananea y Rio Blanco se le considera Precursoras de la Revolución. El seudónimo de Cuna de la revolución la toma de un documento de 1912 donde el delegado Ernesto Aguirre del partido reformista comenta al Presidente Francisco I Madero las arbitrariedades del jefe político afirmando: “Nadie tiene garantías en esta desdichada tierra que fue la cuna del inmortal movimiento revolucionario”.
Cuna o precursora de la Revolución, la región de Acayucan, de su proceso histórico, se observa y se obtiene la impresión de que dicha revolución no caminó por el sendero de esa región. Después de su triunfo y consolidación, en su efecto de trasformación Acayucan siguió esperando…
Aunque mucho se ha escrito de esta gesta de 1906, poco se ha sabio de los grupos porfiristas, militares y civiles que participaron. Poco se sabe también de los rebeldes que participaron en el movimiento precursor, pues uno de los motivos que contribuyen a la realización de esta investigación es buscar la participación de ambos bandos. Cotejando la información de memorias de los precursores con otros documentos que nos ayuden a poder comprender el movimiento revolucionario de Acayucan.
La lucha armada de Acayucan comenzó desde el 28 de septiembre, cuando fueron tomadas las comunidades de Soteapan y Mecayapan, regiones situadas en la sierra. El sábado 29 de septiembre de 1906 los colonos de Corral Nuevo tomaron la hacienda, cortando los alambres del telégrafo para impedir que las autoridades se enteraran.[3]
El sábado 29 de septiembre llegaron noticias al cantón de Acayucan que se rumoraba que los serranos se habían levantado y que probablemente llegarían a tomar el pueblo.[4] El 30 de Septiembre de 1906 Hilario C. Salas atacó la plaza de Acayucan a las 11p.m.[5] el ataque al cantón de Acayucan no fue lo esperado, tuvieron que hacer retirada los rebeldes al ver a su feje Hilario C. Salas herido por una bala enemiga.
A pesar que las inquietudes revolucionarias fueron sembradas y difundidas en la región de Acayucan a través del elemento periodístico que aglutinó en sus filas, no sólo a elementos mestizos sino a gran escala. Al ser descubierta los planes de la junta en la frontera norte, hicieron que el movimiento que estaba contemplado para los primeros meses de 1907 se adelantaran, provocaron que los miembros de los clubes liberales se levantaran en armas en una lucha espontanea. Aunque los rebeldes de la región de Acayucan correspondieron al llamado de la proclama Liberal, no tenían una organización, esta serie de errores diluyeron los planes de la organización tanto los rebelde como los comprometidos, provocando que el movimiento llegara a un fracaso casi total.
[1] Cándido Donato Padua. Movimiento Revolucionario de 1906. México, Edición del Autor, 1941.
[2] Matute, Álvaro, “Los actores sociales de la Revolución Mexicana en 20 años de historiografía (1969-1989), en Revista de la Universidad, Núm. 466, Noviembre de 1989, P. 15.
[3] Ángel J. Hermida Ruiz. Acayucan y Rio Blanco. Gesta precursora de la revolución, P.17, Biblioteca del maestro Veracruzanos Núm. 7, Gobierno del Estado de Veracruz, Xalapa, 1964.
[4] García Díaz Bernardo. La Revolución Mexicana en Veracruz. México 2009. Página 106
[5] Cándido Donato Padua. Movimiento Revolucionario de 1906. México, Edición del Autor, 1941. Página 23.
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